Serrat: Fantástico

octubre 11, 2008

Pocas veces tiene uno la oportunidad de ver a un genio tan de cerca, a uno de los últimos monstruos de la música hispana, a uno de esos grandes artífices de la lengua, de los que cada vez hay menos.

Fan asérrimo de Joan Manuel Serrat desde pequeño, hoy no pude más que dirigirme al recién estrenado Foro Bicentenario de la ciudad de Chihuahua lleno del coctel de emociones que sólo se cocina en nuestro interior cuando se fragua algo que esperábamos con impaciencia y larga premeditación. Como niño con juguete nuevo, pues.

Una ligera lluvia trató de hacerse presente, pero luego huyó en silencio por no importunar al poeta. Pasó al frente Ricardo Miralles, y tras sentarse él al piano entró la figura de la noche, entonando los célebres Cantares de Machado.Unas 30000 almas estallaron en júbilo y así comenzó la noche.

Interpretó alguna que otra de mis favoritas, y otras tantas que no conocía pero que con el mismo encanto llegaron a mis oídos. Unas señoras en la fila de atrás hacían desafinados coros a Lucía y No hago otra cosa que pensar en tí, lo cual se volvió hasta cierto punto exasperante y me orilló a pedirles de la manera más educada que pude elaborar que se callaran. Como no les pareció, el ambiente estuvo un tanto tenso hasta que, gracias a Dios, reflexioné en que talvez la naturaleza del evento no se prestaba para salir con mis monerías, les ofrecí sinceras disculpas, e inevitablemente me uní al canto del catalán en Mediterráneo.

Ver a Serrat en vivo es otra cosa, un show de vuelos muy diferentes a cualquier otro al que yo haya asistido. Entre chascarrillos, historias de su madre y proverbios orientales, el cantautor hizo delicias de chicos y grandes. Verlo con mi madre y mi padre (quien me inculcó éste gusto y casi todo lo bueno que conozco) fué una experiencia para atesorar. Tres veces se despidió, y dos veces lo regresamos para escuchar de él La Fiesta y Penélope, canción con la que cerró el concierto.
Al final nos regaló otro proverbio chino:

«Vive cada día como si fuera el último… y en algún momento acertarás».

Simplemente genial.


Stomp en Chihuahua

septiembre 28, 2008

Ayer fui a ver Stomp, el mundialmente famoso espectáculo de percusión, comedia y baile donde se hace de cualquier cacharro un instrumento musical. De exhibición permanente en las grandes urbes como New York o Londres, fué muy grato verlo en nuestra querida y violentada ciudad de Chihuahua.

Realmente es un show de calidad excepcional. Es un deleite ver a esa gente sacarle ritmo a lo que sea y lo poco que se requiere para armar un buen relajo. Lo único malo es que no utilizaron tantas escobas como yo hubiera querido.

Sí, es muy cierta esa frase de «Al pueblo: pan y circo». Pero al menos éste circo es de los buenos.

Serrat viene a Chihuahua!!!!!

septiembre 19, 2008

«Gloria a Dios en las alturas,

recogieron las basuras,

de Chihuahua ayer a oscuras

y hoy sembrado de bombillas…»

Como parte de su gira 100 X 100, Joan Manuel Serrat se presentará éste 10 de octubre a las 20:30 en el Foro Cultural del Palomar, SIN COSTO ALGUNO. Siento que nunca he querido más a mis autoridades municipales, pues esta actuación forma parte de los eventos masivos del 4to Festival Internacional de la ciudad de Chihuahua.

Tal vez sea ese el día en el que pueda al fin conocer un poco más de cerca a una de las mentes más brillantes e inspiradas de la música de nuestra lengua. Autor de un sinfín de ingenios y poesías (y arreglista de otras tantas hermosas obras clásicas) cada una de sus canciones están cargadas de sentimiento, de lo cotidiano y lo profundo, de alegrías y tristezas, de locuras y razones.

En fin, es muy poco lo que puedo decir de mi cantautor favorito, uno de los pocos cantantes a los que el apelativo de «artista» les viene bien. Con el favor de Dios, NO ME LO PIENSO PERDER.

Sobra decir que se los recomiendo ampliamente. Así es que, si pueden, háganle un favor a su cerebro (que algunos le han de deber) y vayan a ver al nano este 10 de octubre, no se arrepentirán.


Bienvenidos a Venecia…digo, Chihuahua

septiembre 10, 2008

Si la ciudad de Chihuahua no está diseñada para algo, es para la lluvia. Con tantito que nos llueva se desquicia por completo el tráfico, aparecen millones de baches, se inundan las calles y aumentan los accidentes como no tengan idea (tan sólo hoy me topé tres, cuando por lo regular no veo uno en semanas).

Imagínense cómo está el asunto si ya nos lleva lloviendo unas tres o cuatro semanas seguidas… fatal. Al menos para la gente, porque las plantas parecen muy felices y los cerros pelones de alrededor reverdecen como nunca.

En fin, hoy tardé el doble de lo que usualmente hago para llegar desde el lugar donde hago mis prácticas hasta mi casa, pero como a mi la lluvia me encanta no llegué ni fastidiado ni nada por el estilo.

Mucha gente se va a sentir aliviada cuando la prolongada temporada de lluvias termine, pero yo voya extrañar a éste Chihuahua un poco más verde y nublado de lo común


Una guerra cercana

julio 9, 2008

Hace poco leía en alguno de mis feeds un comentario muy triste y muy cierto: en México estamos viviendo una guerra. Para la gente que vivimos en esos «estados problemáticos» donde el crimen organizado tiene más infuencia es aún más notorio.

militares

En el estado de Chihuahua los narcos han existido desde tiempos inmemoriables, y en la sierra tienen sus tejes y manejes muy bien organizaditos. Y no tengo que mencionar que Cd. Júarez ha sido desde hace un buen tiempo el patito feo porque ya de eso se han encargado todos los medios mexicanos existentes. Aún así, viviendo en la capital nos atrevíamos a decir como Susanita (la de Mafalda): «Por suerte el mundo queda taaaaan lejos»

Ahora la cosa está recrudeciendo. Ya se me hace algo común ver convoys de AFIs y soldados circular por nuestra querida y antes pacífica ciudad mientras voy de camino a casa. «Sicario» es una palabra de moda. Se empieza a volver instintivo el evitar cerrárseles o representar cualquier tipo de molestia a las camionetas del año con vidrios polarizados, porque puedes recibir algo más que un simple insulto del conductor.

Ayer en la noche, mientras terminábamos nuestra reunión de oración en casa de una amiga, oímos varios disparos, luego muchas patrullas, luego más disparos (esta vez más cercanos). Nos tuvimos que alejar de las ventanas y resguardarnos en la parte interior de la casa por eso de que, como dice mi mamá: «las balas no llevan dedicatoria». Unos cuantos minutos después, cuando se calmó un poco el asunto y ya íbamos en la camioneta, las patrullas nos echaron uno que otro lamparazo para ver si no éramos quienes buscaban.

Muchas cosas saltaron a mis cabeza. Me puse a pensar en lo egoísta que somos (la gran mayoría de nosotros) pues problemas como éstos no nos importan hasta que nos tocan de cerca. Me puse a pensar en aquellos que han perdido su vida en el infame fuego cruzado. Me puse a pensar en que poco a poco la paz de este país va menguando.

El gobierno planteó una guerra contra el crimen organizado cuya evaluación queda mucho más allá de mi alcance. Lo que sí me resulta obvio es que el mexicano común, que «ni la debe ni la teme», necesita paz. Una paz que no dependa de las circunstancias. Una paz como la que sólo Jesús puede dar.