Si algo se puede decir de ese par es que son buenos amigos. Sé que estoy descubriendo en hilo negro, pero para mí ha resultado de lo más divertido descubrir esa relación. Borges se aventura a explorar el infinito; una tarea que, si se hiciese de un modo convencional, sería por demás inútil. Pero él tiene maneras de escudriñar lo inacabable
Sin duda he disfrutado de leer sus historias de conspíraciones antiguas, de profecías lúgubres, de encuentros improbables, de incómodas realidades y de peculiares habilidades. Pero cuando más encantado quedo con su genio es cuando indaga en el infinito, aunque sea un poco (de cualquier modo, por más que se adentrara, es el infinito y no representaría ningún avance significativo).
En La biblioteca de babel lo identifica como un espacio inmenso , la yá clásica visión. Interminables cuartos hexagonales de estanterías y estanterías unidos entre sí. Arriba, abajo y a los lados y aún en donde no pudieran estar. Pero no sólo es el espacio, sino lo que contiene: libros que abarcan todas las posibilidades, en todas las versiones, en todos los idiomas, en todos los órdenes. Me gusta mucho cómo el elemento humano, finito y «racional» hace acto de presencia en ésos cuentos, reaccionando de maneras naturales y contranaturales ante tal conocimiento (o desconocimiento, que talvez sea más preciso)
En El libro de arena se va al otro extremo: lo infinitesimal. Un libro cuyas páginas nunca comienzan y nunca terminan, porque siempre hay otras que se interponen en el camino a los extremos. Estas pequeñas porciones incontables están en todos lados; los ingenieros, físicos y matemáticos estamos acostumbrados a llamarlos «diferenciales» y a manipularlos con reglas de cálculo. Borges los manipula con asombro, con cautela, con imaginación y con una pluma prodigiosa.
En El jardín de senderos que se bifurcan la infinidad radica en las opciones. Analiza la posibilidad de crear, sin llegar a concretar el acto creativo en sí, una especie de fractal temporal, donde cada situación se repite y es sólo una versión diferente de la misma. De esa manera despiertan todos los héores y los villanos, se destruyen y se honran todas las lealtades, se observan todos los colores. Así mismo, el seguir una de las posibilidades involucra la existencia de otra innumerable cantidad de consecuencias, con sus propias elecciones y designios.
Un detalle que me parece interesante es el desenlace funesto que todas éstas interacciones entre el hombre y el infinito tienen. Les da un toque cómico y a la vez sombrío, son una sátira de la curiosidad de nuestro género.
Sobra decir que les recomiendo que les den una leída, probablemente pasarán un muy buen rato o les dolerá la cabeza (o ambas).