Anberlin es uno de mis grupos contemporáneos favoritos. Desde su segundo disco, Never take friendship personal, no les he perdido la pista y hasta ahora no me han defraudado para nada, así que decidí adquirir su disco compilatorio de b-sides, acústicos y rarezas que el grupo lanzó justo antes de su más reciente producción. Menuda sorpresa la que me llevé cuando, al terminar de oír la 18va canción, comenzó un nuevo track que contenía nada más y nada menos que ésta genialidad:
La canción original es Glass to the arson, aunque en éste remix pareciera salida de algún megamán perdido. Si no conocen al grupo probablemente ésto les represente el más mínimo o nulo chiste, pero igual es un detalle curioso de una banda altamente influenciada por los 80’s.