Mi viaje a Saudi Arabia

Hace exactamente un mes me encontraba pisando de nuevo la tierra de mi continente querido, el regresar de uno de los viajes más interesantes, divertidos y aleatorios de mi vida. Mi primer visita al Reino de Saudi Arabia es sin duda un suceso que difícilmente olvidaré (y digo primer porque, si han seguido el blog desde hace un rato, sabrán que haré otra mucho más larga en septiembre).

En mi caso muy personal, la experiencia fue impactante. Con decirles que lo más lejos que había estado de mi tierra era Denver. Viajar 36 horas seguidas y pisar 3 continentes distintos el mismo día fué un shock. La gente, los lugares, la comida, las costumbres. Es un mundo tan distinto al nuestro. Un mundo con otro alfabeto. Un mundo donde es común ver a un sujeto seguido de sus tres o cuatro esposas cubiertas hasta los ojos. Un mundo donde todos abren las puertas de sus casas y se desviven por atenderte. Un mundo donde existe una devoción de otro nivel y todo gira en torno a la religión.

Fué muy curioso descubrir los mitos con los que los occidentales hemos cubierto esas tierras, ver que muchos son falsos y otros tantos verdaderos. Claro, no todos los días te dicen mientras haces un tour por el centro de la ciudad: «Este es el lugar donde le cortan la mano a los ladrones«.

Visualizarlos como un montón de beduinos que viven en tiendas y comercian con camellos es tan ridículo como decir que las caricaturas de Speedy González representan fielmente a México. Son gente moderna y civilizada, muy amable y alegre, con una gran simpatía por los latinos (más aún si nos dejamos querer). Como nota al margen, me di cuenta que todo el mundo ama a los mexicanos, menos los gringos (y no todos, no generalizemos).

Jeddah es la segunda ciudad más grande del reino, y probablemente la más liberal con respecto al Islam. Desde tiempos remotos ha sido una región de un amplio intercambio cultural, pues peregrinos de todo el mundo llegan a sus costas al ser el puerto de entrada por excelencia a las dos ciudades sagradas de los musulmanes, Mecca y Medina. Siendo así, no podría haberse escogido un lugar mejor para que estudiantes e investigadores provenientes de las más distantes partes del globo se reúnan y convivan bajo el techo de una misma institución.

KAUST es un proyecto ambicioso, de esos que se ven en el Discovery Channel. Pudimos visitar el sitio de construcción y constatar que 30 mil personas trabajando día y noche para levantar 36 km cuadrados de acero, concreto y cristal en poco más de dos años es una tarea titánica. Y nó sólo eso, sino que habrá un campo de golf, un club de yates, un estadio para 5000 personas y una supercomputadora con el poder de procesamiento de 16mil macbooks (según el experto de IT de la iniciativa), entre otras curiosidades.

Arabia Saudita es una tierra mágica. Con sus contras y sus pros, pero especial sin duda alguna. Será mi casa a partir del noveno mes del presente año y hasta mayo del 2011, si Dios así lo permite, así que espero poder seguir platicándoles cómo se vive del otro lado del mundo.

[Les recomiendo que visiten la galería completa de mis fotos en Flickr, hay unas muy buenas que me reservé para que las chequen ahí]